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Broodthaers-12

Jaume Plensa

1995
Resina de poliéster y metal
Medidas: 218x210x7,5 cm
A.C.A.C. ACS, Actividades de Construcción y Servicios, S.A.

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Procedencia:
Col. artista / Ediciones T, Barcelona / C.A.C.- Museo Patio Herreriano, Valladolid

Firma:
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Exposiciones:
Fundació Joan Miró, Barcelona, 1996-97 nº cat. 37 / 2002 Arte en España, 1977-2002, Sala de Exposiciones Manege, Moscú

Bibiliografía:
Arte en España 1977-2002. Obras de la Colección Arte Contemporáneo del Patio Herreriano, Museo de Arte Contemporáneo Español de Valladolid, Ministerio de Asuntos Exteriores, Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior, 2002, 27 y 70-71, rep. c; Jaume Plensa, París, Galerie Nationale du Jeu de Paume, 1996-97, 69, 81 y 120, rep.c; Museo Patio Herreriano. Arte Contemporáneo Español, Colección Arte Contemporáneo y Ayuntamiento, Valladolid, 2002, 233 rep.c.

Comentario:
Broodthaers-12 corresponde, como Bosch-10, al autorretrato que Plensa hace de sí mismo a través de los nombres de los artistas para él más significativos. Esta obra corresponde a Marcel Broodthaers, artista y poeta belga nacido en 1924 y muerto en 1976 cuya obra es una de las más complejas y conceptualmente ricas de la segunda mitad del siglo XX. Plensa asocia los nombres de los artistas con la transparencia, y el borde metálico se convierte en un umbral que el espectador atraviesa visualmente. Idea de lugar y de acceso sin duda a otro orden, el que cada artista evocado sugiere algo diferente a cada espectador. La resina de poliéster es un material muy utilizado por Plensa en los años noventa. Como elemento bidimensional o como contenedor, caja o cabina, aporta luz y establece un juego visual entre espacios transitables visualmente pero cerrados físicamente. Aísla y a la vez conecta, relaciona. Para Plensa posee además la existencia del material fluido que se solidifica adoptando formas, y en eso sigue fiel al uso de materiales fundidos cuyo proceso de endurecimiento o cristalización posee algo mítico para el trabajo del escultor. Además, es clara la relación con lo fluido del agua. Plensa utilizó agua en 1993 en su escultura The Personal Miraculous Fountain. Más tarde desarrolló aquella primera introducción de la idea del agua y lo húmedo mediante la resina endurecible. Del agua líquida al hielo, la resina reproducía el proceso y en su endurecerse congelaba para siempre las letras de los nombres de los artistas evocados. Plensa alude a su lectura de Rabelais cuando descubre un pasaje en el cual se habla de palabras que, en el momento de ser pronunciadas, el frío las congela y las hace enmudecer. Estos nombres congelados, atrapados en la resina, son también contenedores de memoria. La palabra ha estado presente en la obra de Jaume Plensa como sustantivo o nombre propio, como metonimia poética de un lenguaje que se elabora entre las materias de la escultura. Palabras, sonidos y luz han entrado en los últimos años en el trabajo del artista. CB

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