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Las barcas

Juan Antonio Aguirre

1980
Oleo sobre lienzo
Medidas: 132x165 cm
A.C.A.C. Fernando de la Cámara García

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Procedencia:
Col. art., Madrid / Gal. Afinsa-Almirante, Madrid / C.A.C.- Museo Patio Herreriano, Valladolid

Firma:
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Exposiciones:
1980 Gal. Buades, Madrid / 1982 Gal. Pepe Rebollo, Zaragoza / 1982 Gal. Val i 30, Valencia / 1982 Gal. Palace, Ganada / 1982 Gal. Kresner, Alicante / 1983 Gal. Juana de Aizpuru, Sevilla / 1991 Juan Antonio Aguirre. Selección 1979-1991, Gal. Afinsa-Almirante, Madrid / 1996-1997 Figuraciones madrileñas años 70 en la C.A.C., Casa da Parra, Santiago de Compostela, Museo de Navarra, Pamplona y Museo de Teruel, Teruel, nº cat. 190 / 1999 Juan Antonio Aguirre, I.V.A.M., Valencia

Bibiliografía:
Arte en España 1918-1994. Colección Arte Contemporáneo, Madrid, Alianza Editorial, 1995, 258, rep.c; Figuraciones madrileñas años 70 en la C.A.C., cat., Cuaderno nº 1, C.A.C., Madrid, 1996, 19, rep.c; Juan Antonio Aguirre, Valencia, I.V.A.M., Centre Julio González, 1999, 56, rep.c; Juan Antonio Aguirre. Selección 1979-1991, cat., Madrid, Gal. Afinsa-Almirante, 1991, rep. c; Museo Patio Herreriano. Arte Contemporáneo Español, Colección Arte Contemporáneo y Ayuntamiento, Valladolid, 2002, 267, rep.c

Comentario:
Pintor, crítico y director de la galería Amadís, de Madrid, Aguirre tuvo un papel destacado en el panorama artístico español de los años sesenta con la formulación, en 1967, de la propuesta renovadora y ecléctica llamada "Nueva Generación" y en 1979-80, como uno de los principales defensores de la vuelta a la pintura tras un periodo dominado por otros lenguajes próximos al conceptualismo. Este cuadro fue realizado por Aguirre cuando su creación ya había evolucionado desde el fuerte geometrismo de sus esquemáticos paisajes de la segunda mitad de los setenta, a una figuración colorista vinculada a Matisse y, sobre todo, a Bonnard y Vuillard. Hay también ecos de Iturrino, pintor muy admirado por Aguirre, de cuyos paisajes puede rastrearse aquí un eco. Su pintura define a principios de los ochenta una trayectoria que, en lo sustancial, será continuada en años sucesivos. Centrándose en la figura humana y en una naturaleza vitalista y luminosa, los temas de Aguirre son, como en este caso, fundamentalmente meridionales. En esta escena contemplada oblicuamente desde una imaginaria ventana, el motivo es el mar y las figuras del primer término. El pintor se recrea en las calidades de unos colores saturados y brillantes, aplicados como amplias manchas opacas de color, y jugando con los efectos vibrantes de los complementarios azul-naranja como pauta sobre la que establece armonías con verdes y rojos, de suerte que naturaleza y tensiones cromáticas se convierten en vehículo de un acto hedonista sosegado y plenamente pictórico.

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